13 agosto 2007

Seamos Creativos y Viajeros


Desde que encontré este baúl, no me lo puedo quitar de la cabeza. Sólo sé que lleva muchos años en silencio ocultando sus secretos, ocupando siempre el mismo rectángulo de baldosas. No tengo ni idea de cómo ha llegado hasta aquí.

En él se aprecian los restos de un lustroso y elegante pasado y el devenir de tiempos mejores, cuando paseaba su terciopelo ahora marchito y sus experimentados goznes por trenes antiguos (mínimo Orient Express y por supuesto nada de Ave), diligencias (sin indios y sin John Wayne; no hubiera superado semejante trance) y barcos de lujo (afortunadamente el Titanic no).

Casi estoy segura de que si me agacho y con atrevimiento temerario, pego la oreja, podré escuchar en su atenazada madera y a través de sus versadas astillas, los suspiros de un tango o los alegres sones de una polka. Mezclados con el arrullador sonido de una conversación tranquila alrededor de una taza de té, café o incluso de una copa del mejor brandy.

Pero ¿qué guardas con tanto empeño en tu interior?. Me muero de curiosidad.

Yo apuesto por un espejo con manchas causadas por el tiempo, ropa adormilada en alcanfor, un par de emotivas cartas envueltas en secretos y un desconcertante diario escrito por todos sus amos.

Y en la última página escrita del diario, una desdibujada frase sin terminar de letras picudas y prietas, fechada justo el día antes en que el baúl y su último dueño, desaparecido en extrañas circunstancias, (no faltaba más), separaron inexorablemente sus destinos.....

Se admiten sugerencias. Vamos miradlo, no tengáis miedo. Meted la llave y giradla poco a poco....¡Dios, no puedo resistirlo más!. Me he tapado los ojos.

Contádmelo, no seáis malos ¿qué veis vosotros dentro?.


Mientras, espero con impaciencia a que Susana me diga el principal componente de la sustancia que necesito para mi próximo crimen.....ficticio, por supuesto.

4 comentarios:

Minúscula Martínez dijo...

No era fácil ensartar la llave.

Resonaba la leyenda su dueña, una escritora que aniquilo al vecindario sin despeinarse antes de volverse loca.

Mientras las bisagras gritaban logre ver un corte de shantung verde, y junto a él, un camafeo.

Después cerré. Y te llamé.

B x C

Anónimo dijo...

Me encanta.Muy bien, muy bien.
Y me tranquiliza que se volviese loca después de aniquilar y ni un minuto antes :0))
Tienes razón. Es demasiado peligroso para uno solo. Lo abriremos a la de tres.
Uno
Dos
TRES....

Anónimo dijo...

No es nada fácil decidirse a abrir aquello que te inspira tanto miedo como ilusión. Recuerdo cuando era niño desembalando una caja que debería contener una espada de juguete y en su lugar aparecer dos pares de calcetines largos de lana.
Pero hay que armarse de valor y lanzarse al abismo.
Si no, los miedos permanecen, y no hay peor terror que aquél que no se afronta.

Sombras en el corazón dijo...

Completamente de acuerdo.
Por cierto; llega seguro unos cuantos años tarde la sugerencia, pero con los calcetines se pueden hacer unas marionetas muy monas:http://www.kombai.telecinco.es/dn_197.htm
Antes de que te hubieras cargado el segundo par, el flamante adulto aniquilador de esperanzas infantiles hubiera ido corriendo a comprarte la espada.
Pena de que como se dice por ahí,la experiencia es un peine que te llega cuando ya no tienes pelo.