26 febrero 2008

Arrepentimientos


Me llama la atención porque no es la primera vez que lo oigo.
Los primeros anticipos empiezan en la juventud ¿por qué no haría esto o lo otro?. Se perpetúan en la madurez y se descaran en la vejez.

Comprobado (por mí experiencia, claro, no por ningún estudio) : la mayoría de las personas cuando llega su final de lo que más se arrepiente es... de lo que NO han hecho.
Reflexionando llego a la conclusión que no sabemos (bueno, desde tiempos inmemorables, no es nuevo) diferenciar entre lo que creemos que nos hace felices y lo que nos hace realmente felices.
Y a lo mejor tener el mejor descapotable, levantarse a las 11, ir de juerga todos los días y vestir ropa de super-marca esta bien durante un tiempo, pero finalmente... como que no llena.

Cuando era niña lo tenía todo mucho más claro que ahora; mis metas eran poder tener los libros que me apeteciera, ir al cine todos los días, tener todos los vestidos de la Nancy o los juegos de Tente que tenían montones de piezas para hacer mil cosas distintas (no como ahora, que compras para hacer una nave espacial y de ahí no pasas) y comer "chuches" por la mañana, a mediodía y por la noche.
Chuches de las de antes, que se compraban en kiosko y que más o menos dominabas lo que era, ahora adivina que comes (la de cosas que se pueden hacer con maíz ¿verdad?)

En la actualidad, reflexionando profundamente, me gustaría vivir de lo que me gusta, escribir (¡hala no pide nada la nena!), pasar temporadas en distintos países con otras culturas y aprender siempre cosas nuevas (he descubierto que aprender retrasa el envejecimiento).
Y seguro que alguna cosa más se me añade a la lista.

7 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Yo, por llevar la contraria, me suelo arrepentir más de lo hecho que de lo omitido, no en vano se dice que "El hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras". En todo caso, imagino que depende del carácter de cada cual, si se es más impetuoso o más dubitativo.

Saludos.

Natalia Menéndez dijo...

"prefiero un me equivoque a un por qué no lo hice" que decía no sé quién

Índigo dijo...

Hay que intentarlo y no dejarse apabullar por lo políticamente correcto.
Un beso

Anónimo dijo...

Es algo completamente lógico: por mucho que hagas en esta vida, siempre habrá más cosas que dejas de hacer. Por otra parte, ¿no crees que entre las chuches infantiles y los viajes adultos no hay tantas diferencias? Cada edad encuentra sus propios placeres...

Juan Antonio González Romano dijo...

El problema de la felicidad es que pensamos tanto en llegar a ella, que nos olvidamos del camino. Y hay que disfrutar del camino. Qué bien lo describió Kaváfis en su poema "Ítaca"...

JUANAN URKIJO dijo...

Las ilusiones y los esfuerzos y propósitos que uno hace para conseguir algo (por pequeño y cotidiano que este algo sea), terminan por otorgar una razón de ser a sus días. Personalmente me sucede que, como en cada momento decido lo que puedo hacer (y lo hago sin mala intención) no me suelo arrepentir, aún cuando el resultado no sea el que espero. Acepto las consecuencias de mis actos... Pero he de reconocer que no sé qué pensaré cuando llegue el que será para mí el último momento.

Besos, María José.

Fátima Fernández Méndez dijo...

Hay que aceptar que la vida siempre está llena de errores. Yo intento no arrepentirme de nada, ni de lo hecho ni de lo no hecho. Acepto que me equivoqué(si así fue) y que pensé que en su momento creí tomar la decisión acertada.
De todas formas, creo que en la vida hay que arriegar siempre algo para que te ofrezca caminos nuevos ;).
Besos