Raricídios y Quejicídios Avanzados
Mirad que hay quejas y reclamaciones absurdas y raras. Hoy voy a repasar unas cuantas, a ver que os parecen.
1) por comprar unos sillones con pulgas en una mueblería. Descubrieron que a pesar de pagar los sofas bien pagados, no eran sus dueños absolutos. Es más, los susodichos sillones eran todo un planeta tapizado y acogedor para pulgas audaces que pronto manifestaron intensos deseos de conquista, por lo que los habitantes humanos de los universos paralelos a su mundo, se vieron abocados a desplazarse a un hotel para huir de sus ataques.
2) lo pienso y lo sostengo: tener demasiado tiempo para pensar es muy malo. Por esa causa una jubilada, en vez de modernizarse y reflexionar sobre el ying y el yang o llevarse los nietos de paseo, le dio por empezar a elucubrar que el paquetito de galletitas que se había comprado en el super, igual no pesaba 200 gr como se aseguraba en el envoltorio. Pues no. Pesaba 180 gr. A cambio de todas las idas y venidas a un tribunal orbital de consumo, logró después de meses... 40 centavos. ¡¡Cachis!! y que estas noticias no salgan en los periódicos.
Imaginaos los titulares "la estafa de los 20 gramos de galletitas". Para portada, vamos. Lo de Marbella y todo lo que vino después palidece en comparación...
3) otra persona, que casi estoy por firmar que debía tener algún antepasado común con la anterior señora de las galletitas - claramente el hommo habilus investigator - , se puso a medir el rollo de papel higiénico a ver si tenía los 74 metros que anunciaba. Tampoco daba. Me pregunto si aprovechó el rollo de papel que midió...
4) una mujer se quejó de una agencia matrimonial porque se sentía engañada: el novio que le consiguieron la dejó en un mes. Quería que le adjudicasen otro. Debe ser que entendió que el "producto" estaba defectuoso y solicitaba uno nuevo en sustitución. Espero que se lo concediesen con manual de instrucciones.
Para más detalles de estos casos, os dejo el enlace con más información
1) por comprar unos sillones con pulgas en una mueblería. Descubrieron que a pesar de pagar los sofas bien pagados, no eran sus dueños absolutos. Es más, los susodichos sillones eran todo un planeta tapizado y acogedor para pulgas audaces que pronto manifestaron intensos deseos de conquista, por lo que los habitantes humanos de los universos paralelos a su mundo, se vieron abocados a desplazarse a un hotel para huir de sus ataques.
2) lo pienso y lo sostengo: tener demasiado tiempo para pensar es muy malo. Por esa causa una jubilada, en vez de modernizarse y reflexionar sobre el ying y el yang o llevarse los nietos de paseo, le dio por empezar a elucubrar que el paquetito de galletitas que se había comprado en el super, igual no pesaba 200 gr como se aseguraba en el envoltorio. Pues no. Pesaba 180 gr. A cambio de todas las idas y venidas a un tribunal orbital de consumo, logró después de meses... 40 centavos. ¡¡Cachis!! y que estas noticias no salgan en los periódicos.
Imaginaos los titulares "la estafa de los 20 gramos de galletitas". Para portada, vamos. Lo de Marbella y todo lo que vino después palidece en comparación...
3) otra persona, que casi estoy por firmar que debía tener algún antepasado común con la anterior señora de las galletitas - claramente el hommo habilus investigator - , se puso a medir el rollo de papel higiénico a ver si tenía los 74 metros que anunciaba. Tampoco daba. Me pregunto si aprovechó el rollo de papel que midió...
4) una mujer se quejó de una agencia matrimonial porque se sentía engañada: el novio que le consiguieron la dejó en un mes. Quería que le adjudicasen otro. Debe ser que entendió que el "producto" estaba defectuoso y solicitaba uno nuevo en sustitución. Espero que se lo concediesen con manual de instrucciones.
Para más detalles de estos casos, os dejo el enlace con más información