Va De Perros
Cruella de Vil es un personaje con un nombre que lo dice todo, y de niña no me podía parecer nada más perverso (bendita inocencia) que cargarse 101 simpáticos perritos para conseguir un abrigo.
Pues ya llegó el día; el día de los abrigos de perro para melancólicos.
Y digo melancólicos, porque según leí, una pareja se ha confeccionado un par de abrigos calentitos con el pelo de sus mascotas ya muertas. Especifico de nuevo: no han fenecido los pobres animalillos para renovar el vestuario de sus dueños, sino que han aprovechado sus pelos.
Dicen que así no los echan tanto de menos.
Bueno, pueden acariciar el abrigo de vez en cuando; no lame (que quizás es una ventaja), pero tampoco mueve el rabo con ojos simpaticones de adoración.
Y que son calentitos. Desde luego. Al perro por lo menos le funcionaba bien su manta térmica natural.
También afirman que tienen ganas de hacerse otro con el pelo de los perros de los amigos (vivos ambos: los perros y los amigos).
¿Os imagináis la escena?. Un día cualquiera a media mañana, la vecina llama a la puerta con una taza en la mano... "¿podría darme unos cuantos pelos de su perro, por favor?, es que me estoy haciendo un jersey monísimo. Y ya que está, démelos en la misma proporción de blancos y de negros"
Pues ya estáis advertidos; si os pasa... no os asustéis, que puede (no estoy segura aún) que vuestra vecina no este loca.
Mientras escribo esto confieso que he empezado a mirar de reojo a mi gato, que me observa con la más sutil de las indiferencias reflejada en sus ojos sesgados.
Estoy empezando a preguntarme si podría sacarle partido a esas bolas de pelo que ruedan por la casa al igual que las de matojos por el desierto.
No hay pieza de ropa que posea que no tenga algún pelo de gato.